La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que la lactancia materna comience dentro de la primera hora de vida del niño y se sostenga en forma exclusiva hasta los seis meses (esto significa que el niño recibirá solamente leche materna). A partir de ese momento, a fin de satisfacer sus requisitos nutricionales en evolución, los bebés deberían comenzar a recibir alimentos complementarios adecuados desde el punto de vista nutricional, continuando con la lactancia natural hasta lo que cada familia decida, si bien la recomendación de la OMS es hasta los dos años de edad, o más.
La palabra destete (“weaning”) significa “acostumbrarse a algo distinto”.
Cada destete es único, ya que es un proceso vincular que requiere un tiempo para pensarlo, procesarlo y elaborar el cambio, a nivel fisiológico y emocional.
El destete respetuoso se basa en que sea gradual, que contemple los tiempos y necesidades de ambos, mamá y bebé, y que considere los sentimientos que acarrea.
Cuando se habla de destete es importante pensarlo como una transición espontánea y natural.
Requiere apoyo y acompañamiento, por esto resulta significativo que la pareja, o quien acompañe a la madre, colabore en el proceso de destete.
Amamantar al bebé implica nutrirlo física y emocionalmente. Se constituye un vínculo fundamental, basado en interacciones y en la satisfacción de necesidades biopsicológicas. Al mismo tiempo el bebé se nutre con la leche que es un tejido vivo, óptimo, y variable de acuerdo a sus requerimientos.
Justamente por todo esto es que el destete es un proceso que lleva tiempo, y la gradualidad permite ir acompañando los cambios. Entre ellos, la cantidad de leche y la composición de la misma se va modificando en función de las necesidades del bebé, por lo tanto si va tomando menos, se irá produciendo menor cantidad.
Existen algunos estudios que evalúan los cambios en la composición de la leche materna durante el proceso del destete, y en ellos se evidencia que el volumen de leche disminuye en proporción a la cantidad de otros alimentos que incorpore el niño. La concentración de proteínas aumenta hasta el 142% del basal, los lípidos mantienen su concentración, el hierro aumenta hasta el 172%, el calcio permanece constante y el zinc disminuye hasta el 58% del basal. Los factores inmunitarios se mantienen durante el destete gradual.
Una vez que se produce el destete definitivo, la leche suele demorar un tiempo en retirarse en forma absoluta. Esto es esperable, y es importante no estimular el pecho. En caso que llegara a presentarse alguna molestia o dureza, se puede aliviar realizando una extracción manual deteniéndose en la aréola para no estimularse.
Sugerencias generales para acompañar el proceso de destete:
- Evitar ofrecer el pecho, aunque si el niño pide, no negarselo.
- Distraerlo o cambiar de tema. Intentar identificar las situaciones en las que el niño suele pedir el pecho, y anticipar alternativas al amamantamiento.
- Negociación: dependiendo la edad, se puede negociar para demorar una toma, brindando algo a cambio para tolerar la espera.
- Reducir el tiempo de las tomas.
- Ir contándole al bebé-niño lo que va sucediendo.
Se necesita convicción al hacerlo, ya que es un proceso que requiere de motivación para hacer cambios. Al mismo tiempo, ir identificando las emociones que genera el proceso de destete.
Por último, es importante recordar que el tiempo de la lactancia es singular en cada pareja lactante, no hay tiempo preestablecido.
Sandra Zampaloni
Lic. Psicología | Puericultora Universitaria | Especialista en Psicoperinatología
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